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Comprar Vino de Château Lafleur
Château Lafleur nace en 1872 cuando Henri Greloud, fundador y propietario de Château Le Gay, compra una parcela vecina a Château Petrus y que con el tiempo dará nombre a la propiedad Lafleur. Veinte años tardará en posicionar Château Lafleur como el mejor tercer vino de Pomerol detrás de Petrus y Vieux Château Certan. En 1915 André Robin compra el domaine, adquiere al mismo tiempo Château Le Gay y al poco tiempo se casa con Gabrielle Greloud, la nieta de Henri Greloud. Fruto de este matrimonio nacen sus dos hijas Thérèse y Marie Robin y en 1946 se hacen cargo de la propiedad durante los próximos cuarenta años. En 1984 con la muerte Thérèse Robin los tataranietos de Henri Greloud, Jacques y Sylvie Guinaudeau, toman las riendas del negocio familiar hasta la fecha. Desde el año 2002 Batipste Guinaudeau, el hijo de Jacques, junto con su esposa Julie se unieron a Château Lafleur.
Château Lafleur es una propiedad muy curiosa: discreta, humilde en donde reina el silencio y el buen hacer de sus vinos. Situada en el este de Pomerol, Lafleur queda separada de Petrus por una estrecha carretera comarcal y alrededor sus vecinos más próximos son La Fleur Petrus, Le Gay y Hosanna. Así pues, estamos en el corazón de Pomerol donde nacen los mejores vinos sin lugar a dudas. La propiedad cuenta con 4 hectáreas a partes iguales de Merlot y Cabernet Franc, por lo que sus vinos siempre están elaborados con las mismas proporciones de estas variedades. ¿Y los suelos? Se distinguen cuatro tipos de suelos, pero todos ellos se componen fundamentalmente de gravas y arcillas.
En la viña los Guinaudeau apuestan por una viticultura poco intervencionista; son observadores de lo que pasa durante el ciclo vegetativo para en caso de ayudas puntuales poder acompañar a la viña. No obstante, las viñas de Lafleur son como un precioso jardín ya que no falta ninguna cepa en ninguna de las filas. Aquí todas las operaciones de poda de invierno y verano se hacen con mimo y para cada planta se razona independientemente ya que cada una de ellas es un ser vivo que piensa, siente y actúa de manera diferente al resto. En épocas de vendimias apuestan por la selección de la uva en el viñedo y en bodega todas las operaciones son llevadas a cabo con tacto y protocolos que respeten al vino con la finalidad de conservar el equilibrio que ofrece este magnífico terroir.
La producción total de Château Lafleur es insignificante; tan sólo 20.000 botellas entre dos vinos. El precio del vino desde los ochenta ha sufrido una subida considerable después de las excelentes críticas que consideran Lafleur como uno de los grandes mundialmente. Château Lafleur es concentrado, fresco, elegante, exótico y con perfumes densos de chocolate negro, cerezas y grafito mineral. En definitiva: fino, fino… Pensées de Lafleur muchos lo bautizan como el segundo vino aunque la familia Guinaudeau discrepa argumentando que se trata de una selección parcelaria. En numerosas visitas en Lafleur, hemos podido comprobar como Pensées no tiene nada que envidiar a Château Lafleur. Quizás el vino se muestre menos concentrado y con una estructura tánica no tan presente. El vino es sedoso, suave, envolvente, especiado y con aromas de frambuesa negra y mermelada.
Château Lafleur: nº1 en Pomerol!
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Comprar Vino de Château Lafleur
Château Lafleur nace en 1872 cuando Henri Greloud, fundador y propietario de Château Le Gay, compra una parcela vecina a Château Petrus y que con el tiempo dará nombre a la propiedad Lafleur. Veinte años tardará en posicionar Château Lafleur como el mejor tercer vino de Pomerol detrás de Petrus y Vieux Château Certan. En 1915 André Robin compra el domaine, adquiere al mismo tiempo Château Le Gay y al poco tiempo se casa con Gabrielle Greloud, la nieta de Henri Greloud. Fruto de este matrimonio nacen sus dos hijas Thérèse y Marie Robin y en 1946 se hacen cargo de la propiedad durante los próximos cuarenta años. En 1984 con la muerte Thérèse Robin los tataranietos de Henri Greloud, Jacques y Sylvie Guinaudeau, toman las riendas del negocio familiar hasta la fecha. Desde el año 2002 Batipste Guinaudeau, el hijo de Jacques, junto con su esposa Julie se unieron a Château Lafleur.
Château Lafleur es una propiedad muy curiosa: discreta, humilde en donde reina el silencio y el buen hacer de sus vinos. Situada en el este de Pomerol, Lafleur queda separada de Petrus por una estrecha carretera comarcal y alrededor sus vecinos más próximos son La Fleur Petrus, Le Gay y Hosanna. Así pues, estamos en el corazón de Pomerol donde nacen los mejores vinos sin lugar a dudas. La propiedad cuenta con 4 hectáreas a partes iguales de Merlot y Cabernet Franc, por lo que sus vinos siempre están elaborados con las mismas proporciones de estas variedades. ¿Y los suelos? Se distinguen cuatro tipos de suelos, pero todos ellos se componen fundamentalmente de gravas y arcillas.
En la viña los Guinaudeau apuestan por una viticultura poco intervencionista; son observadores de lo que pasa durante el ciclo vegetativo para en caso de ayudas puntuales poder acompañar a la viña. No obstante, las viñas de Lafleur son como un precioso jardín ya que no falta ninguna cepa en ninguna de las filas. Aquí todas las operaciones de poda de invierno y verano se hacen con mimo y para cada planta se razona independientemente ya que cada una de ellas es un ser vivo que piensa, siente y actúa de manera diferente al resto. En épocas de vendimias apuestan por la selección de la uva en el viñedo y en bodega todas las operaciones son llevadas a cabo con tacto y protocolos que respeten al vino con la finalidad de conservar el equilibrio que ofrece este magnífico terroir.
La producción total de Château Lafleur es insignificante; tan sólo 20.000 botellas entre dos vinos. El precio del vino desde los ochenta ha sufrido una subida considerable después de las excelentes críticas que consideran Lafleur como uno de los grandes mundialmente. Château Lafleur es concentrado, fresco, elegante, exótico y con perfumes densos de chocolate negro, cerezas y grafito mineral. En definitiva: fino, fino… Pensées de Lafleur muchos lo bautizan como el segundo vino aunque la familia Guinaudeau discrepa argumentando que se trata de una selección parcelaria. En numerosas visitas en Lafleur, hemos podido comprobar como Pensées no tiene nada que envidiar a Château Lafleur. Quizás el vino se muestre menos concentrado y con una estructura tánica no tan presente. El vino es sedoso, suave, envolvente, especiado y con aromas de frambuesa negra y mermelada.
Château Lafleur: nº1 en Pomerol!