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Comprar Vino de Marcel Lapierre
Marcel Lapierre es la tercera generación de vignerons. El abuelo de Marcel, Michel, se instala en el municipio de Villié-Morgon a principios del siglo XX, y se convierte en el bodeguero de Domaines de Chenes. Después de la Segunda Guerra Mundial le sucede su hijo Camille, quien empezará a vender su propio vino en fudres a los bistró de Lyon y Mâcon. A finales de los años 50, empieza a vender su vino en botellas y compra nuevas parcelas de viñedo.
Marcel Lapierre nace en 1950 y estudia enología en el Instituto Agrícola. “Los profesores nos enseñaron a hacer vinos modernos, comenzaron explicándonos que no hacían falta vendimias maduras para estar seguros de tener suficiente acidez en la uva. Cuando alguien planteaba como resolver la falta de azúcar, su respuesta siempre era: si os falta azúcar ya la añadiréis. También nos aconsejaban añadir ácido tartárico y calentar el mosto para que arrancase la fermentación. Todo lo contrario de la vinificación tradicional de Beaujolais”.
Estas enseñanzas, Marcel Lapierre, las aplica como el resto de bodegueros desde 1973, en que la muerte de su padre le obliga a vendimiar por primera vez, hasta 1980. Ese año se encuentra con Jules Chauvet, autor de numerosos libros en los que reivindicaba la elaboración natural de los vinos, y tras hablar con él decide que debe cambiar su forma de hacer las cosas.
En 1981 decide empezar a trabajar sus viñas de forma biológica y desde hace unos años aplica también la biodinámica. Nada de tratamientos químicos, ni herbicidas. Para la protección del viñedo se usan tratamientos biológicos.
Por otro lado, reivindica la forma tradicional de elaborar, sin intervencionismo y olvidando todo lo aprendido en sus estudios de enología. Las vendimias son manuales y se busca la maduración ideal. Se hace una selección rigurosa de cada cepa y después se eliminan todas las uvas que no estén en estado perfecto. Esta selección es imprescindible ya que luego no se utilizan encimas, levaduras exógenas, sulfitos ni se chaptaliza.
Los racimos enteros se encuban entre 10 y 15ºC, los fondos se rompen y el jugo se libera de forma natural. Con este método se consigue una maceración semicarbónica, en el que sucederá una fermentación intracelular en los granos de uva que no han estallado. Con este tipo de maceración se extraen los aromas más primarios de la Gamay y la concentración de ácido láctico disminuye. Tras la fermentación alcohólico, el vino se trasiega a barricas de roble francés y fudres de maderas usadas, donde el vino permanecerá diez meses.
Marcel Lapierre tiene 11 hectáreas y elabora cuatro vinos muy singulares y que la crítica del vino siempre ha apreciado: Marcel Lapierre Morgon, proviene de la parcela clasificada como Cru Morgon. Aquí el viñedo se extiende sobre una suave pendiente sobre suelo formado por esquistos de roca cristalina de color ocre. De esta cuvée existen dos versiones, con y sin sulfuroso; Marcel Lapierre Cuvée MMXI proviene de los viñedos de Côte de Py con más de 100 años de edad. El vino es simplemente celestial. Cerezas negras, chocolate negro, cedro, tomillo y una boca contundente, sabrosa, elegante y sutil; Château Cambon Beaujolais Noveau, brilla en cada añada por ser un vino completamente diferente al resto de los vinos embotellados como Beaujolais. Sorprende guardar botellas en bodega y ver la bonita evolución de un vino que tiene fama de ser simplón para un consumo inmediato; y Raisins Gaulois es el vino de mesa elaborado con Gamay de viñedos se suelos pobres en materia orgánica y graníticos. Vin de soif!
Todos los vinos de Marcel Lapierre se embotellan sin filtrar y con bajas dosis de sulfuroso.
Marcel Lapierre: l'enfant terrible de Beaujolais!
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39,70€
37,71€/ud (-5%)
Comprar Vino de Marcel Lapierre
Marcel Lapierre es la tercera generación de vignerons. El abuelo de Marcel, Michel, se instala en el municipio de Villié-Morgon a principios del siglo XX, y se convierte en el bodeguero de Domaines de Chenes. Después de la Segunda Guerra Mundial le sucede su hijo Camille, quien empezará a vender su propio vino en fudres a los bistró de Lyon y Mâcon. A finales de los años 50, empieza a vender su vino en botellas y compra nuevas parcelas de viñedo.
Marcel Lapierre nace en 1950 y estudia enología en el Instituto Agrícola. “Los profesores nos enseñaron a hacer vinos modernos, comenzaron explicándonos que no hacían falta vendimias maduras para estar seguros de tener suficiente acidez en la uva. Cuando alguien planteaba como resolver la falta de azúcar, su respuesta siempre era: si os falta azúcar ya la añadiréis. También nos aconsejaban añadir ácido tartárico y calentar el mosto para que arrancase la fermentación. Todo lo contrario de la vinificación tradicional de Beaujolais”.
Estas enseñanzas, Marcel Lapierre, las aplica como el resto de bodegueros desde 1973, en que la muerte de su padre le obliga a vendimiar por primera vez, hasta 1980. Ese año se encuentra con Jules Chauvet, autor de numerosos libros en los que reivindicaba la elaboración natural de los vinos, y tras hablar con él decide que debe cambiar su forma de hacer las cosas.
En 1981 decide empezar a trabajar sus viñas de forma biológica y desde hace unos años aplica también la biodinámica. Nada de tratamientos químicos, ni herbicidas. Para la protección del viñedo se usan tratamientos biológicos.
Por otro lado, reivindica la forma tradicional de elaborar, sin intervencionismo y olvidando todo lo aprendido en sus estudios de enología. Las vendimias son manuales y se busca la maduración ideal. Se hace una selección rigurosa de cada cepa y después se eliminan todas las uvas que no estén en estado perfecto. Esta selección es imprescindible ya que luego no se utilizan encimas, levaduras exógenas, sulfitos ni se chaptaliza.
Los racimos enteros se encuban entre 10 y 15ºC, los fondos se rompen y el jugo se libera de forma natural. Con este método se consigue una maceración semicarbónica, en el que sucederá una fermentación intracelular en los granos de uva que no han estallado. Con este tipo de maceración se extraen los aromas más primarios de la Gamay y la concentración de ácido láctico disminuye. Tras la fermentación alcohólico, el vino se trasiega a barricas de roble francés y fudres de maderas usadas, donde el vino permanecerá diez meses.
Marcel Lapierre tiene 11 hectáreas y elabora cuatro vinos muy singulares y que la crítica del vino siempre ha apreciado: Marcel Lapierre Morgon, proviene de la parcela clasificada como Cru Morgon. Aquí el viñedo se extiende sobre una suave pendiente sobre suelo formado por esquistos de roca cristalina de color ocre. De esta cuvée existen dos versiones, con y sin sulfuroso; Marcel Lapierre Cuvée MMXI proviene de los viñedos de Côte de Py con más de 100 años de edad. El vino es simplemente celestial. Cerezas negras, chocolate negro, cedro, tomillo y una boca contundente, sabrosa, elegante y sutil; Château Cambon Beaujolais Noveau, brilla en cada añada por ser un vino completamente diferente al resto de los vinos embotellados como Beaujolais. Sorprende guardar botellas en bodega y ver la bonita evolución de un vino que tiene fama de ser simplón para un consumo inmediato; y Raisins Gaulois es el vino de mesa elaborado con Gamay de viñedos se suelos pobres en materia orgánica y graníticos. Vin de soif!
Todos los vinos de Marcel Lapierre se embotellan sin filtrar y con bajas dosis de sulfuroso.
Marcel Lapierre: l'enfant terrible de Beaujolais!