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Preguntas sobre el vino

Técnicamente la gran mayoría de los vinos tienen corcho, ya que es el elemento indispensable que permite que la botella quede completamente estanca y el vino no se vierta. Ahora bien, a veces decimos que un vino “tiene corcho” cuando éste presenta un olor y/o gusto similar al corcho, moho, humedad, hongo….entonces, estamos ante un defecto en el vino. Probablemente el gusto a corcho sea debido al hongo TCA (tricloroanisol) localizado en la industria corchera durante la transformación de la corteza del alcornoque en tapón de corcho. Por otro lado hay estudios que determinan también el origen del hongo TCA en las maderas (barricas, palets, postes de emparrado de madera y jaulones de madera) que contaminan el vino.

Muchas veces el gusto a corcho viene acompañado de un característico sabor soso e insípido en el vino.

Contrariamente a lo que pensamos, los posos en un vino tinto determinan que estamos ante un vino auténtico (artesanal) con pocos tratamientos enológicos de clarificación y filtrado. Los posos son básicamente materia colorante y forman parte natural del vino ¿Por qué la maldita moda de eliminarlos?

Las precipitaciones en formas de cristales blancos en un vino blanco, también conocidas químicamente como sal de bitartrato potásico, están formadas por el ácido tartárico (natural del vino) que con la acción del frío se transforman en una sal; químicamente un ácido no deja de ser una sal. El ácido tartárico es uno de los ácidos más presentes en el vino seguido del málico.

Generalmente en la industria enológica, antes del proceso de embotellado, un vino blanco suele estabilizarse por frío para eliminar el exceso de bitartratos y así eliminar la posible formación de estos durante su consumo. Evidentemente, no hace falta decir que la aparición de cristales blancos no es en absoluto perjudicial para la salud….es un producto natural propio del vino!

En el color en los vinos intervienen tres factores: el carácter varietal, como por ejemplo los vinos de la variedad Syrah que tienden a una coloración intensa púrpura; las distintas operaciones durante la vinificación como por ejemplo el tiempo de maceración, la cantidad de vino de prensa, etc…; y la evolución en botella que provoca la oxidación del color a lo largo de los años.

Todo productor de vino intenta buscar la madurez óptima en la vendimia, pero ¿cómo se interpreta? Existen dos parámetros básicos que determinan el momento de vendimia: la acidez y la concentración de azúcar (alcohol). Son muchas las bodegas que a veces solo se rigen por el grado alcohólico probable para decidir el momento de la cosecha: error! El grado alcohólico es sólo un indicador más de madurez, pero no lo es todo.

Existen cantidad de vinos (mayoritariamente en zonas septentrionales) donde el elaborador ha ido a buscar una vendimia que roce la perfección de equilibrios entre el alcohol, la acidez y los taninos, pero procurando conservar el máximo de acidez en sus vinos. Una acidez que otorgará a los vinos un carácter fresco, vibrante, largo y un poder de conserva en botella que hará que el vino evolucione en perfectas condiciones.

Ten presente que la acidez es un conservante natural del vino!

El gas carbónico o dióxido de carbono es la consecuencia de una segunda fermentación en botella para los vinos espumosos elaborados por método champenoise: se agrega a un vino blanco base azúcar y levaduras para llevar a cabo una segunda fermentación en botella y como subproducto la formación de espuma por acción del anhídrido carbónico. Las levaduras transforman el azúcar en alcohol y desprenden durante la fermentación gas carbónico.

Un vino natural es aquel que se obtiene con la mínima intervención posible en viña y en bodega. Alguno de los requisitos indispensables para elaborar vinos naturales son: uvas provenientes de agricultura ecológica o biodinámica con el mínimo uso de tratamientos químicos y sólo se permite el uso de azufre y cobre espolvoreado; no están permitidos los abonos químicos, herbicidas ni fungicidas; el viñedo debe de ser de propiedad por lo que no está permitido la compra de uvas; la fermentación alcohólica y maloláctica es espontanea sin adición de levaduras ni bacterias; no está permitido ninguna corrección en el vino (acidez, azúcar, taninos); no está permitida la adición de anhídrido sulfuroso bajo ningún concepto; y las clarificaciones y filtraciones deben ser las mínimas.

En la actualidad no existen organismos que certifiquen un vino natural ni términos legales que rijan estrictamente su proceso, no obstante existen asociaciones locales representadas por productores de vino natural que definen las líneas a seguir.

El resto de vinos que no cumplan los requisitos de un vino natural, son vinos buenos y aptos para el consumo.

El anhídrido sulfuroso en forma líquida se añade a los vinos como medida antiséptica, antioxidante y conservante: el sulfuroso protege los polifenoles del vino creando un medio reductor anaerobio evitando la oxidación por el oxígeno; también es conocido su poder antimicrobiano evitando futuras refermentaciones y/o ataques de bacterias indeseables.

Existe un pequeño mercado de vinos sin sulfuroso donde el productor vinifica y embotella el vino libre de anhídrido sulfuroso. Son pocos los viticultores que apuestan por esta práctica un tanto arriesgada ya que se necesitan unas medidas sanitarias de viña y bodega impecables para poder realizar este tipo de vinos.

Asimismo, se aconseja precaución durante el transporte de los vinos sin sulfuroso ya que son más propensos a oxidaciones por cambios bruscos de temperatura (un vino sin sulfuroso tiende a ser más frágil).

Según las presiones atmosféricas, los cambios climáticos y los movimientos lunares los vinos pueden: mostrarse amables o bien tímidos (cerrados); presentar ligera turbidez si el vino no ha estado filtrado; presencia de gas carbónico natural como conservante; y en algunos casos es normal si aparecen aromas animales de reducción.

En absoluto! Lo único que debemos tener en cuenta es que los vinos embotellados con tapón de rosca o screw cap no evolucionan en ningún momento ya que este tipo de cerramiento no permite la entrada de oxígeno a diferencia de un tapón de corcho. Normalmente los bodegueros suelen emplear dicho sistema  para vinos jóvenes sin crianza donde pretenden conservar todo el frescor y aromas primarios del vino.

Así es! El gusto a corcho o TCA sólo tiene lugar en los tapones de corcho natural

Las levaduras son hongos microscópicos responsables de la fermentación de azúcares y/o hidratos de carbono. Las levaduras vínicas son del género saccharomyces, las cuales se nutren de los azúcares produciendo alcohol (etanol) y desprendiendo gas carbónico.

Por supuesto! Existen dos formas de fermentar un mosto: añadiendo levaduras (exógena) o bien dejando que las propias levaduras que se adhieren a la piel de la uva arranquen una fermentación espontanea (endógeno).

Sí. Existen infinidad de levaduras comerciales que aportan aromas y gustos determinados al vino como por ejemplo la levaduras levuline alsace de la casa comercial Oenofrance, muy utilizada en vinos de la variedad Sauvignon Blanc y Riesling ya que potencia el carácter aromático de la variedad.

Las levaduras durante la fermentación originan compuestos volátiles y aromáticos, además de otras sustancias que darán gustos salados y amargos al vino como por ejemplo el ácido succínico. Estos se denominan aromas secundarios de la fermentación.

La agricultura ecológica es una forma de interpretar la relación hombre naturaleza siguiendo como regla básica la no utilización de productos químicos de síntesis para la lucha contra las plagas o como abonos fertilizantes. De esta forma la viticultura ecológica persigue: el cultivo de una manera equilibrada y sostenible; que los productos estén libres de residuos químicos; y un menor impacto medioambiental.

La biodinámica es un paso más de la agricultura ecológica. La diferencia estriba en que en la agricultura biodinámica: todos los preparados  que se utilizan para combatir las plagas así como los fertilizantes son compuestos vegetales y minerales; los abonos son naturales; y que las tareas en viña como en bodega se rigen por el calendario lunar basado en el movimiento de los astros.

En absoluto el TCA no es tóxico para la salud! Simplemente altera las características organolépticas y en algunos casos puede llegar a arruinar nuestro bolsillo.

La organización mundial de la salud (OMS) recomienda tomar un máximo 2 copas de vino al día. Todo lo que exceda de esta cantidad afectará negativamente a nuestra salud.

Ten en cuenta que dependiendo del grado alcohólico y la dosis de sulfuroso de un vino, afectará en mayor o menor medida sobre nuestro organismo. Queda demostrado que nuestro organismo metaboliza mejor un vino con bajas dosis de sulfuroso ya que en altas concentraciones puede ser tóxico generando nauseas, dolores de cabeza e irritación gástrica.

Normalmente cuanto más alcohol tenga un vino mayor será la sensación de pesadez y como consecuencia más difícil sea la ingesta. No obstante, la acidez determinará un papel importante para hacer que un vino tenga sensación de ser más o menos pesado. Así pues, resulta interesante buscar un equilibrio entre ambos componentes: alcohol y acidez.

Un vino con 13% de alcohol y poca acidez puede resultar más pesado que un vino de 14% de alcohol y buena acidez!

En absoluto! Hay leyendas urbanas que hablan de vinos con excesiva acidez que crean úlceras de estómago ¿Quién dijo úlcera? Hay estudios clínicos que apuntan que las úlceras son comunes en los bebedores de refrescos edulcorados…si tienes úlceras y eres bebedor de vinos sigue leyendo…

La acidez en los vinos es signo de potencial de envejecimiento: por ejemplo, los vinos alemanes de la variedad Riesling tienen una acidez extrema que hacen de estos grandes vinos de guarda. No olvidemos que la acidez es un conservante!

La única explicación se deba al sulfuroso (anhídrido sulfuroso) que en grandes dosis puede provocar mareos y dolores de cabeza.

El sulfuroso es un componente químico muy empleado en la industria enológica que evita oxidaciones en el vino y ataques de mohos, levaduras y bacterias. Cuanta más sana sea nuestra vendimia y mayor higiene tengamos en bodega menor será el uso de sulfuroso.

Ten en cuenta que la dosis máxima legal de sulfuroso total en un vino es aproximadamente de 150mg/l, pudiendo haber vinos que se comercializan con apenas 50mg/l.

Es cierto y está científicamente probado que el vino bebido con moderación tiene efectos beneficiosos para el cuerpo humando ya que evita accidentes cardiovasculares, previene del envejecimiento, y previene enfermedades como el alzhéimer o el cáncer.

Como todo en la vida, en su justa medida! No existe alimento que tomado en exceso no sea negativo para la salud. ¿Te imaginas un arroz con bogavante para desayunar, comer y cenar? Colesterol y ácido úrico por las nubes!!!!

Aproximadamente una copa de vino blanco y/o tinto tienen unas 80 calorías equivalentes a una galleta de chocolate integral, por lo que se necesitarían unos 20 minutos caminando para quemar esas calorías. Sin embargo, ten en cuenta que un vaso de leche semidesnatada tiene unas 100 calorías.

Sí hablamos de temperatura de conservación se entiende temperatura de bodega. En este caso se recomienda guardar los vinos entre 12º y 16º con una humedad relativa entorno al 70%. Ten en cuenta, que a menor temperatura de conservación más lento evolucionarán tus vinos.

Depende! La gran mayoría de vinos rosados se aconsejan beber durante el año comercial ya que buscamos el perfil fresco y afrutado característico de un vino rosado, que con el tiempo tiende a desaparecer.

Existen casos aislados de vinos rosados que han tenido una corta crianza en madera y/o han sido fermentado en fudres y que tienen un gran potencial ácido y tánico perfectos para la guarda. Por ello es necesario que investigues que vinos rosados curiosos son aptos para el envejecimiento en bodega. Algunos rosados que hemos podido testear y cumplen las expectativas de guarda son: Domaine de l’Horizon Rosé en Languedoc-Roussillon; Pricum Rosado Barrica en Castilla y León; Nistal Rosado en Monterrei; Viña Tondonia Rosado Gran Reserva en Rioja; y Gran Caus Rosado en Penedés.

Existen diferentes marcas especializadas en la fabricación de copas de vino tales como Riedel, Zalto, Schott y Spigeleau con diferentes modelos según el tipo de vino y/o estilo. En Riedel, por ejemplo, todos los modelos de copas están diseñados para cada variedad de uva así puedes elegir la copa adecuada para tu vino.

No obstante, es interesante que a medida que te vayas adentrando en el mundo del vino tú mismo vayas descubriendo los diferentes modelos de las diversas marcas que más se adapten a tu gusto. Ten en cuenta que en función del tipo de copa podrás obtener resultados diferentes para un mismo vino.

Se aconseja decantar los vinos tintos que presentan posos/sedimentos debido a un ligero filtrado o bien aquellos vinos de añadas antiguas que con el tiempo presentan posos por la precipitación de la materia colorante. Con la decantación conseguimos separar los posos del vino.

También se aconseja decantar enérgicamente los vinos blancos y tintos que están cerrados o reducidos con la finalidad de oxigenar el vino. Si al abrir una botella de vino detectas que el vino está inexpresivo aromáticamente (cerrado) o bien presenta aromas animales (reducción), no dudes en decantar el vino.

Dependiendo del tipo de vino y de la dosis de sulfuroso un vino tiene mayor o menor recorrido una vez abierta la botella (entre 2 y 4 días). Así, por ejemplo los vinos de la variedad Riesling elaborados en Alemania tienden a mostrarse imbatibles con el paso de los días una vez abiertos por su elevada acidez y por la alta concentración en sulfuroso ya que son conservantes del vino.

Asimismo te aconsejamos que una vez abierta la botella utilices una bomba de vacío manual (Vacuvin) y la conserves en nevera: observarás como el vino te aguanta más!

Sí, siempre y cuando se congele el vino. Son muchas las veces que con las prisas queremos bajar la temperatura de un vino rápidamente. En ese caso, si se trata de un corto espacio de tiempo (20 minutos aproximadamente) no supondrá ningún problema. Sólo afectará negativamente si nos excedemos en el tiempo y el vino llega a un estado de congelación por lo que las propiedades del vino se desnaturalizan pudiendo haber desvíos aromáticos y gustativos.

Por supuesto! La geometría de una copa de vino y la calidad del cristal hacen que cualquier vino sepa y huela diferente. La geometría en forma de balón permite volatilizar todos sus componentes aromáticos y el cristal influye en el tacto del vino.

Haz la prueba y cata un mismo vino con una copa de vino frente a un vaso corriente…te sorprenderás!

Es posible que observes que un vino del mismo productor y añada sea algo distinto. Por ello es importante: cómo ha estado conservado el vino antes de la compra; que la temperatura de conservación o guarda del vino sea en un lugar fresco (entre 12º y 16º) y con temperaturas constantes ya que los cambios bruscos de temperatura sientan mal al vino; y que hayas adquirido las botellas en una única fuente.

Si todos los parámetros arriba indicados son los correctos es difícil que las botellas tengan gustos diferentes. No obstante, ten en cuenta que cualquier botella puede estar afectada por TCA (gusto a corcho) y que el vino con el transcurso de los años va evolucionando por lo que una misma botella tendrá registros gustativos y aromáticos diferentes en el transcurso del tiempo.

Durante la cata nuestra nariz tiene un límite para oler las fragancias de muchos vinos quedando saturada. Un truco muy común entre los perfumistas es oler enérgicamente granos de café ya que neutraliza la pituitaria.

Si nos encontramos en esta situación no existe una respuesta concreta ya que existen muchos factores que pueden afectar al estado del vino o quizás el vino se encuentre fuera del momento óptimo de consumo. Así pues, nos encontramos ante una gran incógnita!

Lo mejor en estos casos es la práctica: no tengas miedo y descorcha la botella para conocer su estado. Si detectas anomalías o que el vino está cansado, intenta averiguar si es un problema concreto de la botella abriendo otra. Si llegados al punto que la segunda botella resulta igual que la primera abandona y coloca el resto de botellas en tu vitrina de colección!

La regla básica e infalible para saber que vinos se adaptan a tu gusto es aprender a caracterizarlos por estilos. De esta forma puedes ir probando diferentes vinos y encasillarlos por estilos según la estructura, la potencia aromática y por la crianza.

Desde la página de inicio de Gourmetissimus puedes realizar la búsqueda de un vino por estilos (blancos ligeros y crujientes,blancos aromáticos y fragantes,blancos profundos y minerales,blancos cremosos y estructurados,blancos semisecos,orange wines,tintos afrutados y jugosos,tintos fragantes y ligeros,tintos profundos y complejos,tintos maduros y elegantes,tintos potentes y estructurados,espumosos ligeros y vibrantes,espumosos cremosos y maduros,espumosos ancestrales y alocados,rosados afrutados y vibrantes,rosados delicados y fragantes,dulces frescos y vibrantes,dulces maduros con crianza,dulces tintos y dulces blancos) y por tipo de crianza (blancos sin crianza, blanco con crianza, tinto joven, tinto joven con crianza, tinto crianza, tinto reserva, tinto gran reserva,…)

Supongamos un caso: si te gustan los vinos tintos suaves, ligeros y con poca estructura la mejor opción son los vinos elaborados en zonas climáticas frías tales como Galicia o la Borgoña con la variedad Mencía o Pinot Noir; si por lo contrario eres un amante de los vinos tintos poderosos con estructura y alcohol deberás buscar vinos elaborados en zonas cálidas tales como Priorat o Ródano con variedades que aporten estructura como por ejemplo Cabernet Sauvignon o Syrah.

No existe mejor manera para aprender a saber cuál es tu vino favorito que clasificando por estilos!

El arte del maridaje consiste en adaptar un vino a un plato y sus ingredientes principales. La cosa se complica cuando tenemos una cena en la que nos enfrentamos a 2 o 3 elaboraciones distintas: un entrante, una carne y un pescado. En este caso puedes optar por: maridar los diferentes platos con un mismo vino si tienes la opción de escoger platos que tengan una misma sintonía; o bien escoger diferentes vinos para cada plato si hay discordancias entre ellos.

Como ejemplo pongamos un menú que consta de: tartar de tomate con caballa marinada, tataki de atún a la brasa con espárragos y mollejas de ternera con puré de calabaza. En este caso podría encajar un vino tinto fresco, ágil, con explosión de fruta de la variedad Gamay de la denominación de origen Beaujolais, o bien un vino blanco con madera, afrutado y con acidez de la variedad Treixadura de la denominación de origen Ribeiro.